Proteger la vida de los ecosistemas terrestres
19/01/2023
Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad. Este es el fin del ODS 15.
¿Por qué?
Los bosques cubren casi el 31% de la superficie de nuestro planeta. Desde el aire que respiramos, al agua que bebemos y los alimentos que comemos, los bosques nos mantienen. Alrededor de 1.600 millones de personas dependen de los bosques para su subsistencia, incluidos 70 millones de personas indígenas.
La degradación de la tierra afecta directamente a casi el 75% de los pobres del mundo.
¿SABÍAS QUE…?
- Los bosques albergan más del 80% de todas las especies terrestres de animales, plantas e insectos.
- De las 8.300 razas conocidas de animales, el 8% se ha extinguido y el 22% está en peligro de extinción.
- Más del 80 por ciento de la dieta humana está compuesta por las plantas.
- Aproximadamente, el 80 por ciento de las personas que viven en las zonas rurales de los países en desarrollo, dependen de medicamentos tradicionales basados en plantas para la atención básica de la salud.
- Los peces proporcionan el 20% de las proteínas animales a unos 3.000 millones de personas.
La diversidad biológica puede ser también la base para las estrategias de adaptación al cambio climático y reducción del riesgo de desastres, ya que pueden reportar beneficios que aumentarán la resiliencia de las personas a los efectos del cambio climático.
Los bosques y la naturaleza son también importantes para la recreación y el bienestar mental. En muchas culturas, los paisajes naturales están estrechamente asociados a los valores espirituales, las creencias religiosas y las enseñanzas tradicionales.
¿CUÁNTO COSTARÍA NO CORREGIR EL PROBLEMA?
Por ejemplo, se calcula que los insectos y otros portadores de polen tienen un valor para la economía alimentaria mundial de más de 200.000 millones de dólares anuales.
Tres cuartas partes de los medicamentos de venta con receta más demandados en el mundo contienen componentes derivados de los extractos de plantas, que se verían amenazadas.
Los desastres naturales causados por la perturbación de los ecosistemas debido a la actividad humana y el cambio climático cuestan ya al mundo más de 300.000 millones de dólares al año.
La deforestación y la degradación forestal se traducen en pérdida de hábitat para todas las especies, disminución de la calidad del agua dulce, aumento de la erosión del suelo, degradación de la tierra e incremento de las emisiones de carbono a la atmósfera.
En resumen, no adoptar medidas sobre los bosques afecta tanto a la salud del planeta como a la de nuestras comunidades.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Inevitablemente, cambiamos los ecosistemas de los que formamos parte solo con nuestra presencia, pero podemos tomar decisiones que contribuyan a conservar la diversidad o a devaluarla:
- Comer alimentos producidos a nivel local y de manera sostenible
- Reciclar
- Consumir solamente lo que necesitamos y de manera responsable
- Limitar el uso de energía mediante sistemas eficientes de calefacción y refrigeración.
- Ser respetuosos con la fauna y flora silvestres y participar solamente en actividades de ecoturismo que se organicen con ética y responsabilidad para no perturbar la vida silvestre.
Las zonas protegidas bien gestionadas contribuyen a tener ecosistemas saludables, lo que a su vez redunda en la salud de las personas. Por tanto, es esencial garantizar la participación de las comunidades locales en el desarrollo y la gestión de estas zonas protegidas.
Fuente: ONU