Justicia se escribe con C de compartir
14/11/2024
Vivimos en una sociedad próspera. Al mirar a nuestro alrededor no podemos pensar otra cosa. En nuestras sociedades la prosperidad se presenta en forma de comodidades y con grandes posibilidades de consumo.
¿La prosperidad va unida sólo a lo económico?
Buena parte de las cosas que obtenemos, las adquirimos con dinero, por lo que tendemos a pensar en la prosperidad como unida a lo económico.
Pero la prosperidad tiene un significado más profundo; tener una vida próspera depende de tres componentes:
- En lo material y económico, significaría garantizar el acceso a los recursos básicos imprescindibles para llevar una vida digna: alimentos, agua, vivienda, vestido, etc.
- En lo personal, una vida próspera tiene que ver con la calidad de la experiencia humana; las relaciones con otras personas y las oportunidades de futuro (formación y trabajo digno).
- En lo social, la prosperidad debe ser compartida por las personas de nuestro entorno, es decir, implica a la comunidad, desde la familia hasta el país, en el que vivimos. La prosperidad tiene que ver con nuestro sentimiento de pertenencia a una comunidad que sea próspera y nos anima a trabajar por la prosperidad común.
¿Tienen todos los habitantes del mundo un futuro próspero?
La respuesta es NO. El mundo es muy desigual, y la prosperidad no es algo de lo que disfruten, ni todas las personas, ni todas las comunidades.
Revisando cada componente de una vida próspera, vemos que:
En lo material, se refleja en la vulneración de derechos humanos básicos, por lo que millones de personas no viven de manera digna.
En lo personal, millones de personas no tienen acceso a la formación, ni a un trabajo digno y, por tanto, ven mermadas sus oportunidades para alcanzar un futuro mejor.
En lo social, que aumenten los indicadores económicos en un país, no significa que esa riqueza sea disfrutada por todas las personas.
La prosperidad es buena y deseable, pero debe compartirse para que llegue a todas las personas y se convierta en instrumento para luchar contra la injusticia: LA SOLUCIÓN ESTÁ EN COMPARTIR.
Las desigualdades en nuestro mundo son consecuencia de un sistema injusto, del que se beneficia solo una parte de la población y está sustentado en una persistente injusticia social y en la destrucción ecológica.
Por lo que COMPARTIR ES HACER JUSTICIA
Actuar de manera más justa es comprometerse, lo que implica un estilo alternativo de pensar, actuar y vivir.
¿Cómo podemos comprometernos para que todas las personas tengan una vida próspera?
Una de las maneras más importantes de hacerlo es siendo responsables con nuestro CONSUMO.
Muchas veces no lo somos y, con ello, facilitamos que las empresas multinacionales pongan en riesgo a las personas y el medioambiente, al priorizar la maximización de beneficios y realizar sus actividades en países o lugares donde no se respeta el cuidado social y medioambiental.
Debemos revisar nuestros modelos de vida para avanzar hacia un cambio personal, en nuestra manera de pensar y de ser, que nos lleve a consumir con responsabilidad, compartiendo los recursos para que lleguen a más personas, reduciéndose así las injusticias.
Con vuestros clipmetrajes, podéis llevar a cabo el reto de comunicar a la sociedad la importancia de compartir nuestra prosperidad, a menudo basada en el consumo, para cuidar a la humanidad y ayudar a liberarla de la tiranía del hambre, de la pobreza y de la desigualdad.
Para saber más, accede a nuestra plataforma interactiva
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