El hambre, principal riesgo de salud a nivel mundial

29/10/2020

Comentarios: 0

A los 690 millones de personas que padecen hambre en el mundo, se podrían sumar hasta 132 millones más a raíz de la crisis generada por el coronavirus según la FAO.

Los avances siguen siendo lentos e insuficientes para alcanzar las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible para la erradicación del hambre y la pobreza. A tenor de los datos ofrecidos por Naciones Unidas, el escenario es alarmante: el hambre en el mundo no ha dejado de aumentar desde 2014 y se estima que, el pasado año, cerca de 2.000 millones de personas no pudieron acceder regularmente a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes.

Garantizar el derecho a la alimentación es fundamental a la hora de proteger la salud y la vida, ya que luchar contra el hambre y la pobreza permite reducir la incidencia de muchas enfermedades en la población más empobrecida y revierte en unas mejores condiciones, por tanto, en mayores oportunidades de desarrollo.

La crisis sanitaria, económica y social desatada por el coronavirus amenaza con echar abajo una década de avances frente al hambre y la pobreza.

La pérdida de ingresos, los frágiles sistemas de protección social y el aumento de los precios están afectando mayormente a las personas más vulnerables y están empujando al hambre a poblaciones que antes estaban a salvo.

Las causas del hambre: diversas e interrelacionadas

Desde hace décadas sabemos que el sufrimiento de tantas personas no se debe a la escasez de recursos ni a causas naturales, sino a estructuras injustas y relaciones que están basadas en la desigualdad”.

Los factores de fondo son muy diversos e interconectados: la inequidad en el acceso a los bienes, el consumismo de los más ricos, los intercambios comerciales injustos, las consecuencias del cambio climático, el acaparamiento de tierras con fines extractivos y agroindustriales, la especulación con el precio de los alimentos, un sistema alimentario que no está diseñado para satisfacer las necesidades de la gente, las guerras y conflictos interesados y, en definitiva, la explotación de unas personas por otras y de unos países por otros”.

Fidele Podga, Coordinador del Departamento de Estudios de Manos Unidas.

Debemos desarrollar un modelo de producción y consumo que use de forma responsable y sostenible los recursos naturales, para facilitar el acceso a los alimentos a todos los habitantes del planeta.

El hambre continúa siendo el principal riesgo para la salud a nivel mundial: 821 millones de personas sufren malnutrición (FAO) y la desnutrición es la culpable de la muerte de casi la mitad de los 6.3 millones de niños menores de cinco años que fallecen cada año por causas fácilmente prevenibles y curables.

En el origen de la vulneración de estos dos derechos fundamentales están las desigualdades, que son injustas y evitables.

Es hora de actuar y de dar, definitivamente, el paso más difícil e importante para sociedades como la nuestra, transformar nuestros estilos de vida y consumo para que todas las personas, independientemente del lugar del mundo en el que hayan nacido puedan avanzar hacia el futuro en igualdad de condiciones.

Artículos relacionados

DEJA UN COMENTARIO

Los comentarios se moderan antes de su publicación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *