Fortaleciendo la salud en Tegucigalpa

28/01/2021

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Honduras es un país donde la falta de empleo, la violencia, el desplazamiento y el alto coste de la vida, entre otros, provoca que más del 66% de la población viva en pobreza o en pobreza extrema.

 

Un país de grandes desigualdades

Uno de cada tres hogares sobrevive con menos de 1.90 dólares al día,2 esto es, en pobreza extrema. Al desagregar los datos se observa la desigualdad que divide los centros urbanos de las periferias. Del 36.7% de los hogares en condición de pobreza extrema durante 2019, el 57.2% habitaba en zonas rurales, en contraste con el 21% de las áreas urbanas. (EPHPM 2020).

Evolución de la pobreza extrema en Honduras 2015-2019 (%)

Fuente: EPHPM (2020)

 
Es notorio que el desarrollo económico se ha concentrado en determinados centros poblacionales y en ciertos sectores productivos, mientras que el mayor rezago se encuentra en la población que habita las zonas rurales del país, en donde no solo aumenta la incidencia sino también la brecha social.

Por otro lado, la desigualdad en la distribución de la riqueza continúa como uno de los grandes pendientes del PNH durante los tres mandatos que ha permanecido al frente de la Presidencia de la República.

Evolución de la desigualdad en el ingreso de los hogares más ricos y los más pobres (en Lempiras)

Fuente: EPHPM (2020).

 
El Gráfico ilustra claramente esta situación de desigualdad. Los ingresos per cápita del quintil más alto han aumentado más de un 10% en los últimos cinco años, al pasar de 7965 Lempiras mensuales (2015) a 9917 (2019), un equivalente a US$400. Mientras que los ingresos del quintil más bajo sufrieron una pérdida de 5% en cinco años. Esto sin considerar la inflación, por lo que el impacto real sobre el poder adquisitivo es mayor. El ingreso promedio mensual entre 2015 y 2019 para este sector fue de 450 Lempiras, aproximadamente US$18 (EPHPM 2020).

 

La pobreza, foco de enfermedad

Ubicada en la ladera de una montaña de la capital hondureña, Tegucigalpa, encontramos la barriada Nueva Capital, una zona de difícil acceso, sin infraestructuras, sin una red viaria asfaltada y con unos servicios básicos de salud y educativos muy precarios.

En Nueva Capital, la falta de acceso al agua corriente y al alcantarillado público, junto a la contaminación de los ríos, conforman el escenario al que se enfrentan diariamente los 30.000 habitantes que la ocupan en infraviviendas de madera o chapa. Los primeros pobladores de la barriada fueron los damnificados por el huracán Mitch, a quienes, en los últimos años, se han sumado inmigrantes de zonas rurales en extrema pobreza.

 

Las condiciones en las que se desarrolla la vida de estas personas son un foco para las enfermedades gastrointestinales o dermatológicas crónicas. Para otras más graves, como el dengue o chikunguña, que aumentan en los sectores de la población más vulnerables como los niños, que presentan niveles de desnutrición, las mujeres embarazadas, los ancianos, y los grupos de personas hipertensas y diabéticos.

 

Educar para la salud y fortalecer la atención médica

Nuestro socio local, la Asociación Cooperación Honduras (ACOES), solicita el apoyo de Manos Unidas para fomentar la salud en la barriada a través de campañas que ayuden a combatir la desnutrición y a fortalecer la prevención y facilitando equipamientos, medicinas y alimentos saludables.

De esta manera:

  • Se impartirán talleres de salud a la comunidad, con especial atención a niños y jóvenes, que actuarán como agentes de sensibilización con sus familias.
  • De entre los jóvenes, se formará a un grupo de Promotores de Salud, que apoyen toda la formación y asuman niveles de responsabilidad, colaborando en tareas de difusión de diversas campañas que se llevarán a cabo.
  • Se dará atención médica directa realizando consultas y seguimiento de tratamientos médicos.
  • Van a elaborarse fichas de familia, se identificarán grupos de riesgo y se realizarán visitas domiciliarias.
  • Se dará apoyo para realización de analíticas, para la monitorización de la atención en hospitales públicos y para la derivación a otros hospitales.

El proyecto tendrá un impacto directo en la vida de 3.300 personas e indirectamente en, aproximadamente, otros 12.000 habitantes de la barriada.

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