La educación, motor de la salud y el desarrollo
21/01/2021
El próximo 24 de enero celebramos el Día Internacional de la Educación. La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva.
Sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagadas a millones de personas.
En la actualidad:
- 262 MILLONES DE NIÑOS Y JÓVENES NO ESTÁN ESCOLARIZADOS
- 617 MILLONES DE NIÑOS Y ADOLESCENTES NO PUEDEN LEER NI MANEJAN LOS RUDIMENTOS DE CÁLCULO
- MENOS DEL 40% DE LAS NIÑAS DEL ÁFRICA SUBSAHARIANA COMPLETAN LOS ESTUDIOS DE SECUNDARIA
- UNOS 4 MILLONES DE NIÑOS Y JÓVENES REFUGIADOS NO PUEDEN ASISTIR A LA ESCUELA
Fuente: UNESCO
La educación, el pilar de la salud
Una educación de calidad es el cimiento de la salud y el bienestar. Para llevar una vida productiva y saludable cada persona debe poseer los conocimientos necesarios para la prevención de enfermedades. Del mismo modo, para rendir en sus estudios los niños y adolescentes necesitan una alimentación adecuada y gozar de buena salud.
Las estadísticas presentadas por el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo de la UNESCO demuestran que el alto nivel de educación alcanzado por las madres contribuye al mejoramiento de los índices de vacunación y de la nutrición de los niños, reduce el número de muertes infantiles que se pueden prevenir, así como la mortalidad materna y el número de personas infectadas por el VIH.
La educación es un elemento catalizador del desarrollo y de la acción sanitaria. La educación desarrolla las competencias, los valores y las actitudes para que los ciudadanos y ciudadanas gocen de una vida saludable, tomen decisiones bien fundamentadas y afronten los problemas a escala local y mundial.
Los compromisos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
Con la llegada de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en septiembre de 2015, los líderes mundiales se comprometieron a acabar con la pobreza para 2030. Pero si no se intensifican los esfuerzos, en el año 2030:
La pobreza afecta a los niños de manera desproporcionada. En todo el mundo, 1 de cada 5 menores vive en un contexto extremo de carencias, sobreviviendo con menos de US$ 1,90 al día. Sus familias no pueden pagar la atención sanitaria que necesitan o la nutrición que precisan para su correcto desarrollo. Privaciones que dejan una huella duradera; en 2019, casi 149 millones de niños menores de cinco años sufrieron retraso en el crecimiento.
A pesar del gran progreso en escolarización que se ha visto en muchas partes del mundo, más de 175 millones de niños no están matriculados en educación preescolar. El perderse esta etapa educativa fundamental para su desarrollo tiene un impacto enorme, y cementa las profundas desigualdades a las que se enfrentan desde el comienzo de sus vidas.
Estas enormes desigualdades y peligros no solo violan los derechos de cada niño, poniendo en peligro su desarrollo y futuro, sino que además perpetúan ciclos intergeneracionales de desventajas y desigualdades que socavan la estabilidad de las sociedades e incluso la seguridad de las naciones.
Fuente: UNICEF