Entrevista a Carmen Sara Floriano, narradora oral y escritora
16/12/2021
A Carmen Sara Floriano le gusta narrar historias, soñarlas y escribirlas. En esta XIII edición del Festival tenemos el placer de contar con ella como parte del Jurado Nacional en la Categoría Escuelas.
Gaditana de nacimiento y onubense de adopción, estuvo vinculada desde muy joven al mundo del teatro, del que aprendió a recrear y a reinventar la vida a través del arte. Fue un poco más tarde cuando se aventuró en el mundo de la literatura infantil, y desde entonces hasta ahora, son ya numerosos los libros y cuentos que han visto la luz.
-Carmen, en tu presentación dices: “El arte y la creatividad, puestos al servicio del ser humano, son capaces de transformar el mundo y la sociedad”, ¿cómo te enfrentas a este reto de ser una ciudadana comprometida con ese cambio que el mundo necesita?
Intento enfrentarme desde la sencillez y lo pequeño. Creo en la suma de las pequeñas transformaciones cotidianas, de los gestos que humanizan las relaciones y van creando una manera diferente de encarar la vida. Una vez, estando en Colombia, un Doctor en Biología me dijo: “El arte es la manera más eficaz de transformar la sociedad, porque transforma desde el corazón” Al escuchar esta frase me sentí totalmente identificada, porque es así como concibo mi tarea artística, como una manera de ir transformando el corazón y de ir mostrando aquello que como sociedad nos está dañando y está provocando daño a la familia humana y a nuestra querida y maltrecha tierra.
-Continuando en la misma línea, el lema del Festival de Clipmetrajes es “Tu punto de vista puede cambiar el mundo”, ¿cuál dirías que es tu punto de vista, tu mirada, la que reflejas en tu arte?
Miro al mundo con preocupación, porque estamos en una situación dolorosamente caótica y trágica para gran parte de la población. Pero es una preocupación llena de fe en la capacidad que tenemos las personas para redescubrir en nuestro interior otra manera de ser familia humana. En lo que escribo y en las historias que narro, ya sea para público infantil o adulto, hay una gran dosis de esa otra manera de ser y de hacer, la que surge cuando nos miramos a nosotros mismos, cuando nos dejamos cuestionar, cuando no le ponemos barreras a la emoción… El lenguaje artístico, en mi caso las historias, permite decir verdades que de otra manera no se escucharían, permite emocionar y enamorar más que convencer. Al no ser un discurso racional, las ideas quedan al margen de lo que el corazón siente, y ahí, aparece la posibilidad de cambio.
-En esta XIII edición del Festival queremos poner el foco en los más vulnerables, los olvidados por sociedades que continúan con su vida sin mirar a los que quedaron atrás. Desde tu experiencia comunicando, como narradora oral y cuentacuentos, ¿dónde crees que puede estar la clave para llegar a la gente y hacer visible la realidad de los invisibles?
Cuando en las sesiones de narración oral, las historias cuestionan y mueven el interior de quienes participan del momento, ahí ya se está generando algo diferente, una posibilidad de mirada hacia uno mismo. Creo que esa es una de las claves, porque vivimos a un ritmo tan acelerado que las personas sobreviven desconectadas de sí mismas, de su esencia, de lo que en verdad importa. Sin esa conexión con su propio ser, es imposible que las personas puedan conectar con lo que pasa a su alrededor y tomar conciencia de la realidad de los que son “invisibles”. Corremos de un lado a otro sin mirar, hay que aprender a ir más despacio…
-¿Cómo son tus procesos creativos? ¿En qué te inspiras y cómo llevas a cabo esa idea inicial?
La vida en sí misma es un continuo proceso creativo, y es ella mi gran inspiración: la vida que descubro dentro de mí, la vida que me rodea, la que sueño, la que intuyo que falta, la vida con sus gozos y sus lágrimas… Y como la vida misma, hay procesos muy lentos, en los que desde que intuyo la primera idea hasta que la desarrollo y la llevo a cabo pasan años, y hay procesos que son impulsivos, me arrebatan, y en apenas unas horas ya aparecen, como es el caso de la historia de “La niña que solo sabía pintar”
-¿Qué puntos esenciales opinas que deberían tener en cuenta los futuros y futuras participantes del Festival a la hora de escribir los guiones de sus clipmetrajes?
Para mí, lo más importante a la hora de escribir es la autenticidad, es decir, que lo que se vaya a mostrar no se maquille con estereotipos o con lo que se supone que hay que decir. La creatividad requiere libertad, verdad y pasión: si no te apasiona el tema que estás tratando, si no descubres tu verdad con respecto a ese tema, si no lo planteas libre de prejuicios, difícilmente será auténtico.
-Como parte del Jurado Nacional de la Categoría Escuelas, ¿qué piensas que deberían tener en común los clipmetrajes mejor valorados?
Lo resumiría en una buena idea, un buen desarrollo y una buena presentación. Creo que estos tres componentes son los que dan calidad artística a las creaciones, en cualquier ámbito en el que nos movamos.
-¿Qué mensaje lanzarías para animar a la participación en esta edición del Festival?
Diría que es una buena oportunidad para dar voz y espacio artístico a aquellos que estén inquietos e inconformes. Que participar en Festivales como este, genera conciencia y trae consigo transformación. Que la capacidad artística de las personas puestas al servicio de los más débiles, los “invisibles”, es capaz de sembrar caminos nuevos y solidarios. Y por último, que necesitamos tu punto de vista, porque juntos será como podremos cambiar el mundo…
Narración oral del álbum ilustrado “Sólo respirar”, editado por la asociación Seguir Caminando.