ODS 1: Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo

31/10/2024

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Erradicar la pobreza extrema para todas las personas en todo el mundo para 2030 es un objetivo fundamental de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

 

La pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos, es uno de los mayores obstáculos para disfrutar de una vida digna y próspera.

Entre sus manifestaciones figuran el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda y el acceso limitado a los servicios básicos, conlleva discriminación y exclusión social y atenta contra los Derechos Humanos.

La pobreza extrema, entendida como el hecho de sobrevivir con menos de 2,15 dólares por persona al día según la paridad del poder adquisitivo de 2017, ha experimentado descensos notables en las últimas décadas.

Sin embargo, si persisten los patrones actuales, se estima que el 7 % de la población mundial (aproximadamente 575 millones de personas) aún podría encontrarse atrapada en la pobreza extrema para 2030, con una concentración significativa en el África subsahariana.
 

 
Las dimensiones de la pobreza
 
La pobreza tiene muchas dimensiones, pero entre sus causas se encuentran el desempleo, la falta de oportunidades, la exclusión social y la alta vulnerabilidad de ciertas poblaciones ante desastres, enfermedades y otros fenómenos que les impiden ser productivas.

  • Si se mantienen las tendencias actuales, 575 millones de personas seguirán viviendo en la pobreza extrema y solo un tercio de los países habrán reducido a la mitad sus niveles nacionales de pobreza para 2030.
  • Gran parte de los grupos de población vulnerables del planeta, más de 4000 millones de personas (el 55 % de la población mundial), incluyendo jóvenes, mujeres y ancianos, siguen sin estar amparados por los programas obligatorios de protección social.

Fuente: ONU Informe sobre los ODS 2023

 
Unos sistemas sólidos de protección social son esenciales para mitigar los efectos y evitar que muchas personas caigan en la pobreza.

Para cumplir el compromiso central de acabar con la pobreza, y de no dejar a nadie atrás, es crucial que se intensifiquen las medidas y las inversiones para aumentar las oportunidades económicas, mejorar la educación y ampliar la protección social de todo el mundo, especialmente de los más desfavorecidos.
 
Una desigualdad estructural
 

 
Las desigualdades en nuestro mundo son consecuencia de un sistema injusto, del que se beneficia sólo una parte de la población y que está sustentado en una persistente injusticia social y en la destrucción ecológica.

Actuar de manera más justa es comprometerse, lo que implica un estilo alternativo de pensar, actuar y vivir.

¿Por qué debo preocuparme por la situación de desigualdad que sufren otras personas?

Como seres humanos, nuestro bienestar está ligado al de los demás. La creciente desigualdad es perjudicial para el crecimiento económico y socava la cohesión social, aumentando las tensiones políticas y sociales y, en algunas circunstancias, provoca inestabilidad y conflictos.

Nuestra prosperidad y la de quienes nos rodean, dependen mutuamente la una de la otra.
 
¿Qué podemos hacer?
 
Visibilizar las desigualdades y las injusticias. Una participación activa en la formulación de políticas puede contribuir a mejorar la situación a la hora de abordar la pobreza. Garantiza que se promuevan los derechos de las personas que la sufren y que se escuche su voz, que se comparta el conocimiento intergeneracional.
Asimismo, ayuda a que se fomente la innovación y el pensamiento crítico en todas las edades para apoyar un cambio transformador en las vidas y comunidades de las personas.

Como ciudadanas y ciudadanos comprometidos, siendo conscientes de la repercusión y consecuencias que tiene, nuestra manera de consumir y de vivir, para las personas empobrecidas.

Los gobiernos pueden ayudar a crear un entorno propicio para generar empleo digno y productivo y mayores oportunidades para las personas en situación de vulnerabilidad.

El sector privado tiene un papel crucial que desempeñar a la hora de determinar si el crecimiento que genera es inclusivo y contribuye a la reducción de la pobreza. Puede fomentar oportunidades económicas para la población más vulnerable.

La contribución de la ciencia para acabar con la pobreza ha sido significativa. Por ejemplo, ha permitido el acceso al agua potable, ha reducido las muertes causadas por enfermedades transmitidas por el agua y ha mejorado la higiene para reducir los riesgos para la salud relacionados con el consumo de agua no potable y la falta de saneamiento.

Es urgente actuar para erradicar la pobreza extrema, mejorar la protección social y asegurar las mismas oportunidades de acceso a los recursos, los servicios básicos, la tecnología, la propiedad y el trabajo digno, para todas las personas y en todo el mundo.
 

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