La desigualdad que alimenta el hambre

21/10/2021

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El 16 de octubre, Día Mundial de la Alimentación, es la fecha elegida para poner el foco en uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentamos: la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza.

 

Los sistemas agroalimentarios emplean a 1 000 millones de personas en todo el mundo, más que cualquier otro sector económico. Además, nuestra forma de producir, consumir y, lamentablemente, desperdiciar alimentos le cobra un precio muy alto a nuestro planeta, ejerciendo una presión innecesaria en los recursos naturales, el medio ambiente y el clima.

Con demasiada frecuencia, la producción de alimentos degrada o destruye los hábitats naturales y contribuye a la extinción de especies. Esta ineficiencia nos está costando billones de dólares, pero, lo que es más importante de todo, los sistemas agroalimentarios actuales están exponiendo desigualdades e injusticias profundas en nuestra sociedad mundial.

Unos 3.000 millones de personas no pueden permitirse dietas saludables, mientras que casi 2000 millones padecen sobrepeso u obesidad debido a una mala alimentación o un estilo de vida sedentario.

La pandemia de COVID-19 ha subrayado la necesidad de un cambio de ruta urgente. Ha hecho que sea aún más difícil para los agricultores, que ya se confrontan con la variabilidad del clima y los fenómenos extremos, vender sus cosechas, mientras que el aumento de la pobreza empuja a un mayor número de residentes de la ciudad a utilizar los bancos de alimentos, y millones de personas necesitan ayuda alimentaria de urgencia.

Necesitamos sistemas agroalimentarios sostenibles que sean capaces de alimentar a 10.000 millones de personas en 2050.

 

Reconvertir, promover, innovar, transformar

Los gobiernos deben reconvertir las políticas antiguas y adoptar políticas nuevas que fomenten la producción sostenible de alimentos nutritivos asequibles y que promuevan la participación de los agricultores.

Deben promover la igualdad y el aprendizaje, impulsar la innovación, estimular los ingresos rurales, ofrecer redes de seguridad a los pequeños agricultores y desarrollar la resiliencia climática.

La Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios celebrada el pasado septiembre, ha forjado el consenso sobre las nuevas acciones en la transformación de la forma de producir y consumir alimentos del mundo, con el propósito de recuperar la senda hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Fuente: FAO

 

Las causas del hambre: la injusticia y la desigualdad

«Desde hace décadas sabemos que el sufrimiento de tantas personas no se debe a la escasez de recursos ni a causas naturales –afirma Fidele Podga–, sino a estructuras injustas y relaciones que están basadas en la desigualdad». Para el coordinador del departamento de Estudios de Manos Unidas, los factores de fondo son muy diversos e interconectados: «la inequidad en el acceso a los bienes, el consumismo de los más ricos, los intercambios comerciales injustos, las consecuencias del cambio climático, el acaparamiento de tierras con fines extractivos y agroindustriales, la especulación con el precio de los alimentos, un sistema alimentario que no está diseñado para satisfacer las necesidades de la gente, las guerras y conflictos interesados y, en definitiva, la explotación de unas personas por otras y de unos países por otros».

Fidele Podga habla de un gran reto, «quizás el más importante y el más complejo: transformar nuestros estilos de vida y consumo para que sean una auténtica vacuna contra el hambre y la pobreza». Podga anima a que cada persona se haga varias preguntas: «¿qué como?, ¿cuánto como?, ¿cuánto tiro a la basura?, ¿dónde compro?, ¿quién lo produce?, ¿dónde lo produce?, ¿cómo lo produce?, ¿para qué lo produce?, ¿dónde invierto mis ahorros?».

Para el coordinador del departamento de Estudios de Manos Unidas, «no se trata de responder a estas preguntas con ánimo acusador ni culpabilizador, sino con profunda responsabilidad.

Es fundamental mejorar los sistemas alimentarios para construir un futuro marcado por la justicia, la igualdad, la sostenibilidad, la salud y la paz.

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