Nuestro planeta nos quiere, pero también llora. Con billetes en los oídos y cegados por incentivos económicos, no escuchamos el llanto de la tierra ni vemos las consecuencias y sufrimiento que le producimos. Tenemos que escuchar a la tierra, quererla!

Escucha a la tierra

Nuestro planeta nos quiere, pero también llora. Con billetes en los oídos y cegados por incentivos económicos, no escuchamos el llanto de la tierra ni vemos las consecuencias y sufrimiento que le producimos. Tenemos que escuchar a la tierra, quererla!

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