Seguro que todos escuchamos alguna vez, cuando éramos niños, aquella frase que nuestros padres o abuelos nos decían cuando no nos terminábamos la comida del plato: “¡Cuántos niños o niñas darían lo que fuese para tener esta comida!”. Y tú pensaste “bueno, de todas formas, esto que me queda ya no se lo va a comer nadie”.

¿Y si, con lo que tú te dejas en el plato, pudieras alimentar a alguien? De hecho, si calculamos bien las porciones que comemos, evitaremos el derroche de comida, lo cual sí tiene una contribución directa en la sostenibilidad del planeta y, por tanto, en la alimentación de sus habitantes. Si no tiras comida, compraras menos y evitaras derroches. Y lo mejor con lo que ahorras, puedes contribuir en la alimentación de tantos niños y niñas mancados de este derecho fundamental.

¡Cuántos niños o niñas darían lo que fuese para tener esta comida!

Seguro que todos escuchamos alguna vez, cuando éramos niños, aquella frase que nuestros padres o abuelos nos decían cuando no nos terminábamos la comida del plato: “¡Cuántos niños o niñas darían lo que fuese para tener esta comida!”. Y tú pensaste “bueno, de todas formas, esto que me queda ya no se lo va a comer nadie”.

¿Y si, con lo que tú te dejas en el plato, pudieras alimentar a alguien? De hecho, si calculamos bien las porciones que comemos, evitaremos el derroche de comida, lo cual sí tiene una contribución directa en la sostenibilidad del planeta y, por tanto, en la alimentación de sus habitantes. Si no tiras comida, compraras menos y evitaras derroches. Y lo mejor con lo que ahorras, puedes contribuir en la alimentación de tantos niños y niñas mancados de este derecho fundamental.

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