La comida, moneda de cambio
31/01/2012
“El ser humano pierde mucha de su dignidad en condiciones como las que se producen en los campos de desplazados y refugiados. Está a merced de todo el entramado de ONG y agencias humanitarias internacionales, que vienen a distribuir comida, agua, proyectos… que organizan la vida y la suerte de los refugiados sin apenas contar con ellos.
De forma muy especial, la comida se convierte en moneda de cambio y de poder, por lo que muchas jóvenes y mujeres tienen que acceder a las peticiones de los agentes humanitarios si quieren conseguir suministros con los que alimentar a sus familias.
También hubo mucha gente que se hizo rica con la miseria de los refugiados y desplazados. Los días que se repartían las provisiones, los campos aparecían rodeados de camiones de libaneses, que son los que controlan toda actividad comercial en Sierra Leona. Ellos compraban el bulgur y la harina que las familias recibían. Eran alimentos a los que los sierraleoneses no estaban acostumbrados, y por eso cambiaban sus sacos por puñados de arroz. Los libaneses supieron guardar las mercancías y, tras la guerra, cuando llegó el hambre, vendieron en el mercado el bulgur y la harina de la Ayuda humanitaria, y la gente no tuvo más remedio que comprarlos y acostumbrarse a ellos para sobrevivir, hasta que salieron las primeras cosechas”.
LOS HOMBRES LEOPARDO SE ESTÁN EXTINGUIENDO, Chema Caballero
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