Después de la guerra
25/01/2012
“Habíamos dado la espalda a los más débiles. El final de la guerra había echado arena sobre ellos y los había arrinconado. No interesaban. Había que mirar hacia el futuro y olvidar el pasado, y ellos, con su silencio, su pobreza, su humildad… se habían convertido en un recuerdo permanente de las atrocidades cometidas en el país. Por eso molestaban.
Algunos informes, documentos y personas nos quisimos constituir en la voz de las víctimas, en la voz de los sin voz, asumiendo así facultades que nadie había delegado en nosotros, atribuyéndonos funciones que no nos correspondían. Una vez más con nuestra buena voluntad, volvíamos a negarles la voz a las víctimas, a los más pobres y humillados. Queríamos ser sus voceros, contar al mundo lo que les había sucedido, pero nunca les dimos la oportunidad de expresarse por sí mismos, de ser su propia voz, sin intermediarios. Una vez más los silenciamos”.
LOS HOMBRES LEOPARDO SE ESTÁN EXTINGUIENDO, Chema Caballero
Compra el libro aquí.